EL PAN DE LA GUERRA, el pan de cada día de la mujer afgana


Cada semana se estrenan varias películas cargadas de buenas referencias en nuestras pantallas. Ante tal oferta, se hace necesario un método de selección. Yo busco películas que me hagan salir con la sensación de haber vivido la experiencia completa, tanto artística (que para eso voy al cine), como emocional (que para eso hay géneros: drama, miedo, comedia, aventura…).

Según mi propio método, yo empezaría por descartar las películas con campañas de marketing abrumadoras. Prefiero invertir mi tiempo en una película que cuente con su buena calidad como reclamo. ¿Y cómo me entero yo de que la película merece la pena? Hay muchas opciones. Puedo seguir recomendaciones de amigos o de publicaciones como Celuloide Paranoide; también suelen ser de fiar los premios de los festivales internacionales; y por último, me fijo en quiénes hacen la película y si me gustan, repito.

“El pan de la guerra” cumple todos los requisitos. Uno: desde aquí me permito anunciar que ésta es una película transformadora. Dos: ha recogido interminables nominaciones y premios en certámenes de todo el mundo. Y tres: producida por Angelina Jolie, es obra de la directora Nora Twomey, autora de la aclamada, “El secreto del libro de Kells”.

Las películas de animación de Nora Twomey ya me habían sorprendido por su extremada belleza plástica. En “El secreto del libro de Kells” la fantasía y subjetividad pictóricas dan como resultado composiciones geométricas y sinuosas, de claro corte simbolista acorde con su mensaje místico. “El pan de la guerra”, al contrario, abandona el expresionismo, aunque no la belleza, y opta por la sobriedad de los paisajes de Oriente Medio, exaltando las virtudes de una geografía polvorienta cargada de exotismo.

Y después de toda esta introducción llega el momento de hablar de la película en sí. Bien pensado, prefiero no decir nada más. No quiero privar al espectador de la sorpresa que me ha invadido desde el primer minuto y que me ha agarrado hasta el último.

Sólo diré que proporciona la experiencia completa a la que aludía al principio. La belleza de las imágenes exige el visionado, no sólo en pantalla de cine, sino en primera fila. Es mejor viajar al lugar uno mismo para apreciarlo con todos los sentidos: melodías de tonalidad persa, aroma a azafrán, un calor que azota el rostro y una historia cuyo estremecedor mensaje denuncia y concilia por partes iguales.

Creo que ya he hablado antes de la necesidad de otras películas que he recomendado. Esa necesidad no es excluyente, hay muy buenas películas con mensajes importantes en nuestras pantallas. Pero si una sola se lleva el palmarés de la necesidad, ésa es “El pan de la guerra”, que con su pureza y humanidad no dejará indiferente a nadie, cualquiera que sea el método que use para elegir entre todas las propuestas de la cartelera.

Por Irene Arnanz.




Ficha de la película:

Directora: Nora Twomey
Producida por Angelina Jolie
País: Irlanda, Canadá, Luxemburgo
Duración: 94’
Sinopsis:
Parvana es una chica de once años que vive en la capital de Afganistán, Kabul, durante el periodo de dominio de los talibanes. Al ser su padre detenido, los miembros de la familia se quedan sin recursos y, debido a que las mujeres tienen prohibido ganar dinero, deciden transformar a Parvana en un chico para poder trabajar.

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