Hacia la luz. Alumbrando desde la oscuridad.



 Una mujer joven, en una sala de control, está narrando una película a un grupo de invidentes. Cuando finaliza la proyección ellos critican su trabajo por ser demasiado intrusivo, por dejar poco espacio a la imaginación, por su excesiva obsesión de querer contarlo todo. Ella es claramente infeliz en su vida, incapaz de asumir la perdida de su padre y la progresiva demencia senil de su madre, a la que visita muy de vez en cuando.

Un hombre de mediana edad asiste a la narración de dicha película. Es un famoso fotógrafo que está a punto de perder completamente la vista; lleva una vida solitaria, aferrándose a su vieja cámara, sacando fotos por pura intuición. Su desconexión con todo lo que le rodea es evidente hundiéndose poco a poco en su propia oscuridad.

La curiosidad de ella hacia el trabajo de él hará que sus caminos se entrecrucen, que aprendan a encarar sus amargos destinos, que busquen ese camino tan ansiado hacia la luz. Fin.

Supongo que de manera un tanto parecida narraría la propia protagonista esta hermosa película de personajes incapaces de adaptarse plenamente a la vida, ciegos cada uno a su manera. Naomi Kawase (directora entre otras de la célebre “Una pastelería en Tokio”) ha creado una delicada pieza de orfebrería donde confluyen de una manera sutil y elegante la soledad de sus protagonistas, sus particulares tragedias personales, sus carencias físicas y emocionales, sus añoranzas de un pasado idílico que ya no va a volver.

Con su habitual estilo que mezcla de manera natural lo poético y lo costumbrista, la directora recurre muy acertadamente a constantes metáforas sobre la luz y la oscuridad y a inteligentes referencias metacinematográficas, ayudándonos así a comprender mejor las motivaciones de sus personajes y realzar la belleza del film.

Estamos, pues, ante una clásica historia de crecimiento personal, contada sin estridencias, dejándose llevar por el fluir natural de la narración, sin las prisas y vaivenes acelerados propios del cine occidental, pero sin caer en el ensimismamiento y dispersión del que a veces hace gala en exceso el cine japonés. Cine, en definitiva, que no olvida ni su condición de arte ni su facultad de contar historias. Algo que siempre conviene celebrar.

Por Antonio Amaro El misántropo feliz



Ficha de la película:

Título original: Hikari (Radiance)
Año: 2017
Duración: 101 min.
País: Japón
Dirección: Naomi Kawase
Guion: Naomi Kawase
Música Ibrahim Maalouf
Fotografía: Arata Dodo
Reparto: Masatoshi Nagase,  Ayame Misaki,  Tatsuya Fuji,  Kazuko Shirakawa,  Mantarô Koichi, Noémie Nakai,  Chihiro Ohtsuka,  Saori,  Nobumitsu Ônishi
Productora: Kumie / Comme des Cinémas / Kino Films / MK2 Productions
Género: Romance | Drama romántico. Discapacidad. Cine dentro del cine
Sinopsis:
Narra una historia de amor entre un fotógrafo que está perdiendo la vista y una joven un poco desconectada de la sociedad. (FILMAFFINITY)