LA VERDAD sea (des)dicha.


Hirokazu Kore-eda es uno de los directores de cine japoneses más reconocidos. Las películas de Kore-eda destacan por su finura en la representación de las relaciones humanas, así como la recreación estética de los pequeños detalles de la vida cotidiana. Tal vez su obra más destacada, que ejemplifica perfectamente esta constante, es “Nadie sabe” de 2004, una obra maestra que exalta la virtud de los más vulnerables y la belleza de los objetos mundanos.

A pesar de su fama internacional, no ha sido hasta este año, 2019, que Kore-eda se ha decidido a traspasar las fronteras de su país para rodar una película con actores de fama mundial, como son Catherine Deneuve, Juliette Binoche o Ethan Hawke. La acción de la película se desarrolla en Francia. Ahí vive Catherine Deneuve, una diva cinematográfica. Va a publicar sus memorias y por ello recibe la visita de su hija, Juliette Binoche, que viene desde Estados Unidos acompañada de los suyos.


 “La verdad” ha abierto el festival de Venecia, y ahora compite en el festival de San Sebastián en la sección de Perlak. Hay que decir que Hirokazu Kore-eda recibió el año pasado el premio Donostia, así que volver al Zinemaldi con una película en competición debería de hacerle sentir bastante cómodo.

La pareja protagonista, Catherine Deneuve y Juliette Binoche.

La película, precisamente, se inspira del mundo cinematográfico para recrear la verdad sobre la vida de las estrellas. Describe un ambiente en el que la competitividad, la ambición y los celos marcan las relaciones profesionales, influyendo en las familiares. El mayor logro, a mi parecer, es la evocación de un personaje fundamental en la trama, Sara, la gran rival de la protagonista, un fantasma que sobre vuela toda la película sin jamás mostrar su imagen.

En “La verdad” se menciona un principio cinematográfico que bien puede aplicar al cine de Kore-eda, que es que la poesía es imprescindible en el cine, sea cual sea el género de la película. En esta película también apreciamos la poesía de lo cotidiano en la vida privada de los artistas: el hogar, las relaciones familiares, los actos más íntimos del día a día… Esta exhibición contrasta con un consejo que la experta actriz, interpretada por Deneuve, da a su yerno, Ethan Hawke, un actor maduro en lucha por obtener un rol principal: “Lo cotidiano no importa en la vida de un actor, concentra tu energía en tu trabajo”. De ese modo se alude a la deshumanización de una vida dedicada al cine, en la que las mentiras contribuyen a construir una fachada necesaria para alcanzar el éxito. Todo esto se resume con otra frase de la protagonista: “La verdad carece de pasión”.

Juliette Binoche con Ethan Hawke.

Siempre pienso que las películas meta-fílmicas, es decir, que versan sobre lo que hay detrás de las cámaras - las relaciones entre los artistas o los procesos de creación y producción de películas - son obras bastante personales, es decir, inspiradas del conocimiento que su autor tiene del medio cinematográfico. El riesgo de este tipo de cine es que puede resultar algo inaccesible para el espectador profano. En mi opinión, este es el caso de “La verdad”. Es sin duda un documento interesante y bien construido, pero muy poco comercial. De manera anecdótica sirve para instruir a las personas normales y corrientes en los entresijos del mundo del espectáculo. Muchas de las secuencias corresponden al formato del “making off”, ya que una película se rueda dentro de esta película.

Según lo entiendo yo, “La verdad” es el tipo de película que uno puede permitirse realizar cuando su talento está avalado por un puñado de obras exitosas. Gracias a esos precedentes, la tendencia es que cualquier osadía sea recibida de la mejor forma posible por un público cinéfilo. La verdad es que, si no eres un intelectual y experto cinematográfico, hay que tener ganas y buena disposición para ver esta película desde su mejor perspectiva. Es una obra hermética, interesante para el gremio, pero, a juzgar por la impaciencia de los espectadores en la sala, al común de los mortales puede resultarle difícil conectar con su sutil y exclusivo mensaje.

Por Irene Arnanz.



Ficha de la película:

REPARTO:

Fabienne: CATHERINE DENEUVE
Lumir: JULIETTE BINOCHE
Hane: ETHAN HAWKE
Charlotte: CLÉMENTINE GRENIER
Manon: MANON CLAVEL
Luc: ALAIN LIBOLT
Jacques: CHRISTIAN CRAHAY
Pierre: ROGER VAN HOOL

EQUIPO TÉCNICO:

Dirección, guion y montaje: HIROKAZU KORE-EDA
Fotografía: ERIC GAUTIER (AFC)
Sonido:JEAN-PIERRE DURET, EMMANUEL CROSET, OLIVIER WALCZAZ, SÉBASTIEN NOIRÉ
Dirección artística: RITON DUPIRE-CLÉMENT (ADC)
Vestuario: PASCALINE CHAVANNE
Música: ALEXEÏ AÏGUI
Productora: MURIEL MERLIN
Una coproducción: 3B PRODUCTIONS
                       BUNBUKU
                       M.I. MOVIES
                       FRANCE 3 CINÉMA

Duración: 107’
Idiomas Francés – Inglés

Países Francia – Japón – Suiza

Comentarios